AntiInflamatorios: todo lo que necesitas saber

Si alguna vez te ha dolido la cabeza, la espalda o una articulación, probablemente hayas tomado un antiinflamatorio. Estos fármacos reducen la inflamación y el dolor, pero no todos funcionan igual ni son seguros para todas las personas. Aquí te explico de forma clara y práctica cómo elegir y usar el que te convenga.

Tipos más comunes de antiinflamatorios

Los antiinflamatorios se dividen en dos grupos principales: los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los corticoides. Los AINE incluyen ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco y otros que puedes encontrar sin receta. Los corticoides, como la prednisona, son más potentes y siempre requieren seguimiento médico.

El ibuprofeno es el más conocido: alivia dolor leve‑moderado y reduce fiebre. El naproxeno dura más tiempo, ideal para dolores crónicos como artritis. El diclofenaco suele usarse para inflamaciones articulares intensas, pero tiene un perfil de riesgo cardiovascular más alto. Cada uno tiene una dosis diaria máxima que no debes superar.

Cómo tomarlos sin riesgos

Primero, revisa si tienes alguna condición cardíaca, hipertensión o problemas renales. Los AINE pueden elevar la presión y afectar la función renal, sobre todo si los tomas con alcohol o durante mucho tiempo. Si ya tomas anticoagulantes, habla con tu médico antes de iniciar cualquier antiinflamatorio.

Siempre toma el medicamento con comida o leche para proteger el estómago. No lo combines con otros AINE; la suma de dosis aumenta el riesgo de úlceras y sangrados. Mantén la dosis mínima que controla tu dolor y corta el tratamiento tan pronto como mejore la molestia.

Si necesitas un antiinflamatorio por más de una semana, programa una revisión médica. El profesional puede solicitar análisis de sangre para controlar la función hepática y renal, y ajustar la dosis si es necesario. No ignores síntomas como dolor abdominal intenso, sangre en heces o hinchazón inexplicable.

Para los corticoides, la regla es clara: nunca los suspendas de golpe. Redúcelos gradualmente bajo supervisión médica para evitar una crisis adrenal. Utilízalos sólo cuando otros tratamientos no hayan funcionado y sigue siempre las indicaciones de tiempo y dosis.

En resumen, los antiinflamatorios son herramientas útiles, pero su uso indiscriminado puede causar problemas serios. Conoce cuál es el que mejor se adapta a tu situación, respeta las dosis y mantén una comunicación abierta con tu profesional de salud. Así evitarás efectos secundarios y aprovecharás al máximo el alivio que ofrecen.