La apnea del sueño no es solo ronquidos molestos. Es una amenaza silenciosa para tu corazón.
Cada noche, mientras duermes, tu cuerpo podría estar sufriendo docenas, incluso cientos, de interrupciones en la respiración. No te despiertas. No lo sientes. Pero tu corazón sí lo nota. Cada vez que dejas de respirar, tu oxígeno cae, tu presión arterial se dispara y tu sistema nervioso se activa como si estuvieras huyendo de un peligro. Esto no es un sueño normal. Es apnea obstructiva del sueño, y afecta a 1 mil millones de personas en el mundo. En España, se estima que 1 de cada 5 adultos tiene una forma moderada a grave de esta condición, y la mayoría ni siquiera lo sabe.
Lo que muchos no entienden es que la apnea del sueño no es solo un problema para dormir bien. Es un factor de riesgo cardiovascular directo, tan importante como el tabaquismo o la obesidad. Y lo peor: los médicos aún la subestiman. Si tienes presión arterial alta que no responde a medicamentos, o has tenido un infarto, un accidente cerebrovascular o fibrilación auricular, la apnea del sueño podría estar detrás de todo.
¿Cómo la apnea del sueño daña tu corazón?
La apnea obstructiva del sueño (OSA) ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan demasiado durante el sueño y bloquean tu vía aérea. Cada vez que esto pasa, tu cuerpo se despierta ligeramente -a veces sin que tú lo recuerdes- para volver a respirar. Estos episodios pueden repetirse 30 veces por hora, o más. Y cada uno es un pequeño trauma para tu sistema cardiovascular.
La primera reacción es la hipoxia: tu sangre se queda sin oxígeno. Tu cuerpo responde liberando adrenalina y otras hormonas del estrés. En personas con OSA, los niveles de estas hormonas durante la noche pueden ser 2 a 4 veces más altos que en quienes duermen sin interrupciones. Esto fuerza a tu corazón a latir más rápido y a tus arterias a contraerse. El resultado: presión arterial elevada, incluso durante la noche.
Normalmente, tu presión arterial baja un 10% o más mientras duermes. Eso se llama "dipping". Pero en el 70-80% de las personas con apnea moderada a grave, esto no pasa. Su presión arterial no baja, o incluso sube. A esto se le llama "no-dipping" o "reverse-dipping". Y este patrón es uno de los mayores predictores de infarto, accidente cerebrovascular y muerte cardíaca súbita.
Además, cada vez que intentas respirar con la vía aérea bloqueada, generas una presión negativa enorme en el pecho. Esto hace que tu corazón tenga que bombear con mucho más esfuerzo -hasta un 50% más- para mover la sangre. Con el tiempo, esto engrosa las paredes del ventrículo izquierdo, debilita el músculo cardíaco y puede llevar a insuficiencia cardíaca.
Y no termina ahí. La falta de oxígeno crónica causa inflamación en todo el cuerpo. Los niveles de proteína C reactiva, un marcador de inflamación, aumentan entre un 35% y un 50% en personas con OSA. También daña el revestimiento de tus arterias (endotelio), reduciendo su capacidad para dilatarse en un 25-40%. Esto acelera la formación de placas de grasa, aumentando el riesgo de arteriosclerosis. Y el estrés oxidativo -el daño celular causado por radicales libres- se triplica en comparación con personas sin apnea.
La conexión con la presión arterial alta
La apnea del sueño es la causa más subdiagnosticada de hipertensión resistente. Eso significa: presión arterial que sigue siendo alta (por encima de 140/90 mmHg) aunque tomes tres o más medicamentos para bajarla. Estudios muestran que hasta el 80% de las personas con hipertensión resistente tienen apnea del sueño no diagnosticada.
Si tienes apnea, tu riesgo de desarrollar hipertensión dentro de los próximos 4 a 5 años es 2 a 3 veces mayor que alguien sin apnea. Y esto no es solo para adultos mayores. Un estudio reciente de la UT Southwestern (2024) encontró que adultos entre 20 y 40 años con síntomas de apnea tienen un 45% más de probabilidades de tener hipertensión que sus pares sin apnea. En personas mayores de 41, el riesgo aumenta, pero mucho menos. Esto sugiere que la apnea acelera el envejecimiento cardiovascular en los más jóvenes.
Y aquí está lo preocupante: muchos médicos no revisan la presión arterial nocturna. Si solo te miden la presión en la consulta, puedes estar pasando por alto un problema grave. La hipertensión nocturna es la más peligrosa, porque no tiene síntomas y sigue dañando tus órganos mientras duermes.
Apnea del sueño y enfermedad cardíaca: infarto, accidente cerebrovascular y insuficiencia
La apnea no solo sube la presión. Aumenta directamente el riesgo de eventos cardíacos catastróficos.
Las personas con apnea moderada a grave (índice de apnea-hipopnea ≥15) tienen un 30% más de riesgo de enfermedad arterial coronaria, un 140% más de riesgo de insuficiencia cardíaca y un 2.5 veces más de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular por primera vez. Y si ya tuviste un ACV, la apnea triplica tu riesgo de tener otro.
El momento de los infartos también cambia. En personas sin apnea, el 16.5% de los infartos ocurren entre medianoche y las 6 de la mañana. En quienes tienen apnea no tratada, ese número sube al 26.5%. Eso significa que más de 1 de cada 4 infartos en estos pacientes ocurren durante el sueño. Por qué? Porque es cuando la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la carga en el corazón están en su punto más alto debido a los episodios de apnea.
La insuficiencia cardíaca tiene una relación bidireccional con la apnea. Hasta el 60% de los pacientes con insuficiencia cardíaca también tienen apnea del sueño. Y al revés: tener apnea aumenta el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca en un 140%. Esto se debe a la sobrecarga constante del corazón, la inflamación y los cambios en la función del músculo cardíaco.
Y la fibrilación auricular -una arritmia común que aumenta el riesgo de ACV- también está fuertemente ligada a la apnea. Las personas con apnea tienen entre 2 y 4 veces más probabilidades de desarrollarla. En un estudio, el 49% de los pacientes con fibrilación auricular paroxística tenían apnea no diagnosticada, frente al 21% en personas sin arritmia. Y si tienes fibrilación auricular y apnea, la tasa de éxito de la ablación cardíaca cae un 30% si no tratas la apnea.
¿Por qué la apnea sigue sin diagnosticarse?
La apnea del sueño es invisible. No deja heridas. No causa dolor. Y la mayoría de las personas no se dan cuenta de que dejan de respirar. Roncar es un síntoma común, pero no todos los roncadores tienen apnea, y no todos los que tienen apnea roncan fuerte.
El 80% de los casos moderados a graves de apnea del sueño permanecen sin diagnosticar. ¿Por qué? Porque los médicos no la buscan. Y los pacientes no la mencionan. A veces, piensan que el cansancio es normal, que el sueño ligero es parte de la edad, o que los ronquidos son inofensivos.
Las pruebas de sueño en casa son útiles, pero solo detectan con precisión el 85-90% de los casos moderados a graves. Para los casos leves, la precisión cae al 60-70%. La polisomnografía en laboratorio sigue siendo el estándar de oro, pero es cara, requiere una noche en una clínica y no está disponible en todas partes.
Por eso, la Asociación Americana del Corazón recomienda ahora que todos los pacientes con hipertensión, fibrilación auricular, accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca sean evaluados para apnea del sueño. Si tu tratamiento no funciona, la apnea podría ser la causa.
El tratamiento: CPAP no es la única solución, pero sí la más probada
El tratamiento más común es el CPAP: una máquina que envía aire suave por una máscara para mantener tu vía aérea abierta durante la noche. Funciona. Pero no es mágico.
En personas con hipertensión, el CPAP baja la presión arterial en promedio solo 2-3 mmHg. Eso parece poco. Pero cuando se combina con otros cambios de estilo de vida, mejora la respuesta a los medicamentos y reduce significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares.
Lo más importante: el CPAP reduce en un 37% el riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular en quienes ya lo tuvieron. También mejora la función cardíaca en pacientes con insuficiencia cardíaca y apnea central. Y aumenta la tasa de éxito de la ablación para la fibrilación auricular.
El problema es la adherencia. Solo el 46% de las personas que usan CPAP lo usan al menos 4 horas por noche, 70% de las noches. Si no lo usas lo suficiente, no sirve. Muchos lo abandonan por incomodidad, ruido o sensación de claustrofobia. Pero hay alternativas: máscaras más pequeñas, ajustes automáticos, terapia oral (dispositivos que adelantan la mandíbula), o incluso cirugía en casos específicos.
Y no subestimes los cambios de vida. Bajar de peso es el mejor tratamiento para la apnea obstructiva. El 70% de los casos están directamente ligados a la obesidad. Perder solo el 10% de tu peso corporal puede reducir los episodios de apnea hasta en un 50%.
¿Qué debes hacer si sospechas que tienes apnea?
Si tienes alguno de estos síntomas, pide una evaluación:
- Ronquidos fuertes y frecuentes, interrumpidos por silencios
- Despertares con asfixia o sensación de ahogo
- Cansancio extremo durante el día, aunque hayas dormido 8 horas
- Dificultad para concentrarte o memoria deficiente
- Presión arterial alta que no responde a medicamentos
- Diagnóstico de fibrilación auricular, infarto o accidente cerebrovascular
La prueba de cribado más sencilla es el cuestionario STOP-Bang. Preguntas como: ¿Roncas fuerte? ¿Te sientes cansado durante el día? ¿Tienes presión arterial alta? ¿Tu cuello mide más de 40 cm? ¿Eres hombre? ¿Tienes más de 50 años? ¿Tienes sobrepeso? Si respondes "sí" a 3 o más, tu riesgo de apnea moderada a grave es alto. Es una herramienta que los cardiólogos ya usan en sus consultas.
No esperes a tener un infarto. Si tienes enfermedad cardíaca y te sientes cansado todo el tiempo, pregunta: "¿Y si es apnea del sueño?". Esa pregunta podría salvarte la vida.
La apnea del sueño es un problema de corazón, no de sueño
La apnea del sueño no es un trastorno menor. Es una enfermedad cardiovascular en toda regla. Y como tal, debe tratarse con la misma urgencia que la diabetes o el colesterol alto. No es suficiente con recetar un CPAP y olvidarse. Necesitas seguimiento. Necesitas que tu cardiólogo y tu especialista en sueño trabajen juntos. Necesitas que el sistema de salud lo reconozca como una prioridad.
En 2025, no podemos seguir ignorando una condición que afecta a 1 de cada 5 adultos, que acelera el daño cardiovascular en los jóvenes y que aumenta el riesgo de muerte súbita durante la noche. Tu corazón no duerme. Y si tú sí lo haces con apnea, él está luchando solo.
¿La apnea del sueño causa hipertensión o es solo un síntoma?
La apnea del sueño causa hipertensión, no es solo un síntoma. Cada episodio de apnea activa el sistema nervioso simpático, eleva la presión arterial durante la noche y altera el ritmo normal de caída de la presión al dormir. Estudios longitudinales, como el Wisconsin Sleep Cohort, demuestran que las personas con apnea tienen 2 a 3 veces más riesgo de desarrollar hipertensión en 4-5 años, incluso si antes tenían presión normal. La hipertensión resistente -que no responde a tres medicamentos- está asociada con apnea en hasta el 80% de los casos.
¿Si tengo apnea y tomo medicamentos para la presión, aún corro riesgo?
Sí, aún corres riesgo. Los medicamentos para la presión arterial no corrigen los picos nocturnos causados por la apnea. Tu presión puede bajar durante el día, pero sube peligrosamente durante la noche. Esto daña tus arterias, corazón y riñones sin que lo notes. El CPAP, junto con los medicamentos, reduce significativamente ese riesgo. Sin tratar la apnea, incluso con buenos medicamentos, tu riesgo de infarto o ACV sigue siendo alto.
¿La apnea afecta más a los jóvenes que a los mayores?
Sí, en términos de impacto acelerado. Un estudio de 2024 mostró que adultos de 20 a 40 años con apnea tienen un 45% más de probabilidades de tener hipertensión, un 33% más de diabetes y un 25% más de síndrome metabólico que sus pares sin apnea. En personas mayores de 41, el aumento de riesgo es mucho menor (10-12%). Esto sugiere que la apnea acelera el envejecimiento cardiovascular en los más jóvenes, haciendo que desarrollen enfermedades típicas de la mediana edad mucho antes.
¿El CPAP mejora la función cardíaca?
Sí, especialmente en personas con insuficiencia cardíaca y apnea central. El CPAP reduce la carga sobre el corazón, mejora la saturación de oxígeno y disminuye la frecuencia cardíaca nocturna. En el estudio SLEEP-HF, los pacientes con insuficiencia cardíaca y apnea central que usaron CPAP tuvieron menos hospitalizaciones y mejoraron su capacidad funcional. También reduce el riesgo de arritmias y mejora la respuesta a tratamientos como la ablación para la fibrilación auricular.
¿Puedo curar la apnea del sueño sin CPAP?
En algunos casos, sí. La pérdida de peso es la forma más efectiva: bajar el 10% del peso corporal puede reducir los episodios de apnea hasta en un 50%. También ayudan los dispositivos orales (que adelantan la mandíbula), cambiar de posición al dormir (evitar acostarse boca arriba), y en casos específicos, cirugía para corregir obstrucciones anatómicas. Pero para la apnea moderada a grave, el CPAP sigue siendo el tratamiento más eficaz y respaldado por evidencia. No hay un sustituto universal.
Próximos pasos: qué hacer hoy
Si tienes hipertensión, fibrilación auricular, infarto, ACV o insuficiencia cardíaca, y te sientes cansado todo el día, no esperes más. Pide a tu cardiólogo que te evalúe para apnea del sueño. No necesitas una noche en un laboratorio para empezar: pide el cuestionario STOP-Bang. Si tienes 3 o más respuestas positivas, la prueba de sueño en casa es el siguiente paso.
Si ya tienes CPAP y no lo usas bien, busca ayuda. Hay máscaras más cómodas, ajustes nuevos, grupos de apoyo. No es una derrota. Es un tratamiento que necesita adaptación.
Y si no tienes síntomas, pero estás encima del peso ideal, hazte un favor: duerme de lado, evita el alcohol antes de dormir, y vigila tu respiración. Tu corazón te lo agradecerá dentro de 10 años.
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