Si tienes más de 65 años y llevas años luchando por conciliar el sueño, probablemente has probado pastillas para dormir. Pero ¿sabías que muchas de esas pastillas que parecen la solución rápida pueden estar poniendo tu salud en riesgo? En los últimos años, los expertos han cambiado radicalmente su enfoque. Ya no se recomienda empezar con medicamentos. Y por una buena razón: cada pastilla que tomas para dormir aumenta el riesgo de caídas, confusión, pérdida de memoria e incluso demencia.
¿Por qué los medicamentos para dormir son peligrosos en adultos mayores?
El cuerpo de una persona mayor no procesa las drogas como el de un adulto joven. Los medicamentos se quedan más tiempo en la sangre, se acumulan en el cerebro y afectan más fuerte los sistemas nerviosos. Esto no es teoría: es lo que muestran los datos reales. Según la Beers Criteria una guía actualizada por la Sociedad Americana de Geriatría que lista medicamentos peligrosos para adultos mayores, más de 10 fármacos comunes para el sueño están clasificados como inapropiados para personas mayores de 65 años. Entre ellos están los benzodiazepinas como el triazolam (Halcion) y los llamados Z-drugs como el zolpidem (Ambien).
Un estudio publicado en el BMJ en 2014 encontró que usar benzodiazepinas durante más de seis meses aumenta el riesgo de desarrollar Alzheimer en un 51%. Si usas una versión de acción prolongada, ese riesgo sube hasta un 84%. No es un pequeño aumento. Es una señal de alerta clara. Y no es solo la memoria. Las pastillas para dormir también aumentan el riesgo de caídas en un 30-50%. Una caída en un adulto mayor puede significar una fractura de cadera, cirugía, larga rehabilitación y pérdida de independencia. En 2021, una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño reveló que el 42% de los adultos mayores que toman medicamentos para dormir sufren somnolencia diurna, el 29% tienen mareos y el 18% reportan problemas de memoria.
Lo que los médicos ya no recomiendan
Los médicos ya no empiezan con pastillas. La American Academy of Sleep Medicine la principal organización médica en Estados Unidos dedicada al sueño estableció en 2017 que la primera línea de tratamiento para el insomnio crónico debe ser la terapia cognitivo-conductual para el insomnio, conocida como CBT-I una terapia estructurada que enseña hábitos y pensamientos que mejoran el sueño sin medicamentos. Y no es una opción de última instancia. Es la mejor opción.
La CBT-I no es solo charlar sobre higiene del sueño. Es un programa de 6 a 8 sesiones semanales donde aprendes a restringir el tiempo en la cama para que coincida con el sueño real, a asociar la cama solo con dormir (no con ver televisión o usar el celular), y a cambiar pensamientos como "Nunca voy a poder dormir" por otros más realistas. Un estudio en JAMA Internal Medicine en 2019 mostró que cuando la CBT-I se da por videollamada, el 57% de los adultos mayores de 60 años logran una remisión completa del insomnio, y el 89% sigue el programa hasta el final. Eso es más efectivo que cualquier pastilla.
¿Y qué pasa con las pastillas que ya estás tomando? Si estás usando triazolam, flurazepam, lorazepam o incluso zolpidem, tu médico debería considerar dejarlas. El proceso no es brusco. Se llama deprescripción: reducir la dosis poco a poco, durante 4 a 8 semanas, para evitar que el insomnio vuelva con fuerza. La guía STOPP/START un protocolo clínico usado en Europa y EE.UU. para evitar medicamentos innecesarios en ancianos recomienda esto específicamente para benzodiazepinas y Z-drugs.
Alternativas más seguras: ¿qué medicamentos sí pueden usarse?
Si después de probar la CBT-I aún necesitas un medicamento, hay opciones mucho más seguras. No son perfectas, pero tienen un perfil de riesgo mucho menor.
- Doxepina de baja dosis (Silenor): A dosis de 3 a 6 mg, es un antihistamínico que actúa en los receptores del sueño sin causar sequedad de boca, confusión o retención urinaria, que son efectos comunes en otros medicamentos. Un estudio de 2010 mostró que aumenta el tiempo total de sueño en casi 30 minutos y mejora la eficiencia del sueño en un 5,3%, sin efectos residuales al día siguiente.
- Ramelteon (Rozerem): Este medicamento no actúa en los mismos receptores que las benzodiazepinas. Funciona imitando la melatonina, la hormona natural que regula el reloj biológico. Es útil si tu problema es tener dificultad para conciliar el sueño. Aumenta la caída en el tiempo para dormir en unos 14 minutos y no causa dependencia ni rebote.
- Lemborexant (Dayvigo): Es uno de los más nuevos. Actúa bloqueando las orexin, unas sustancias que mantienen el cerebro despierto. Un estudio de 2021 en JAMA Internal Medicine encontró que en adultos de 55 años en adelante, cause menos inestabilidad al caminar que el zolpidem. Su vida media es larga (17 horas), pero no provoca somnolencia diurna tan frecuente como otras pastillas.
- Melatonina: A dosis de 2 a 5 mg, tomada una hora antes de dormir, puede ayudar a regular el ciclo de sueño, especialmente si tienes trastornos del ritmo circadiano. No es un hipnótico fuerte, pero es segura y barata.
La clave aquí es la dosis baja. No se trata de tomar más para dormir mejor. Se trata de tomar lo mínimo necesario. El cuerpo de un adulto mayor responde más a pequeñas cantidades. Una dosis de zolpidem de 5 mg es la máxima recomendada para mayores de 65 años, no 10 mg como se usa en adultos jóvenes.
El costo y la desigualdad: ¿por qué algunos no pueden acceder a lo mejor?
Una de las mayores injusticias en la salud del sueño en adultos mayores es el costo. La doxepina de baja dosis puede costar alrededor de 400 dólares al mes sin seguro. El ramelteon y el lemborexant también son caros. Mientras tanto, el zolpidem genérico cuesta solo 15 dólares. Es fácil ver por qué muchos médicos siguen recetando lo barato, aunque sea más peligroso.
Un estudio de la Universidad de California en San Francisco en 2022 reveló algo alarmante: los pacientes blancos eran tres veces más propensos a usar medicamentos para dormir con frecuencia (más de 5 veces al mes) que los pacientes negros. No porque los blancos duerman peor, sino porque tienen mejor acceso a la atención médica y a medicamentos recetados. Esto significa que muchas personas de minorías étnicas están siendo excluidas de tratamientos que podrían ayudarlas, mientras que otras están expuestas a riesgos innecesarios por falta de alternativas.
Lo que realmente funciona: historias reales
En foros como Reddit y AgingCare.com, los adultos mayores comparten sus experiencias. Una mujer de 69 años escribió: "Probé todo: Ambien, Lunesta, trazodona. Me despertaba como un zombie. Hasta que mi médico me puso 3 mg de doxepina. Por primera vez en años, me despierto sin pesadez y duermo toda la noche". Otra persona contó: "Después de 6 semanas de CBT-I, reduje mi Lunesta de 2 mg a solo cuando realmente la necesito. Duermo mejor que en los últimos 20 años".
En cambio, hay historias tristes. En un foro de cuidadores de nursing homes, varios relatan que residentes que tomaban trazodona empezaron a caminar por los pasillos de noche, confundidos, con riesgo de caerse. Otras familias cuentan cómo una madre cayó y se fracturó la cadera días después de empezar con Ambien.
Estas no son excepciones. Son la regla. Los medicamentos para dormir son una solución rápida que se convierte en un problema a largo plazo.
¿Qué puedes hacer hoy?
No necesitas esperar a que tu médico te proponga un cambio. Puedes empezar ahora mismo.
- Apunta tu sueño: Durante una semana, anota a qué hora te acuestas, cuánto tardas en dormirte, cuántas veces te despiertas y cómo te sientes al despertar. Esto te dará datos reales para hablar con tu médico.
- Pide CBT-I: Pregúntale a tu médico si conoce un terapeuta certificado en CBT-I. Si no hay uno cerca, busca plataformas digitales como Sleepio, que ya tienen estudios que demuestran su eficacia en mayores de 65 años.
- No dejes las pastillas de golpe: Si quieres dejar una pastilla, habla con tu médico. Dejarla de forma brusca puede causar insomnio de rebote, ansiedad y hasta convulsiones en algunos casos.
- Revisa tus medicamentos: Haz una lista de todos los fármacos que tomas, incluyendo suplementos y medicamentos de venta libre. Muchos antihistamínicos en medicamentos para el resfriado o para el dolor también tienen efectos sedantes. Pídele a tu farmacéutico que te revise si alguno puede estar empeorando tu sueño.
- Optimiza tu entorno: Apaga las luces brillantes una hora antes de dormir. Usa cortinas opacas. Mantén la habitación fresca (entre 18 y 20°C). Evita el alcohol por la noche: aunque te hace sentir somnoliento, lo que hace es fragmentar el sueño en las horas siguientes.
El futuro del sueño en adultos mayores no es más pastillas. Es personalización. Es entender que cada persona tiene un reloj interno distinto, un cuerpo que responde de forma diferente, y un historial médico único. Como dijo la Dra. Phyllis Zee, jefa de Medicina del Sueño en la Universidad de Northwestern: "El futuro no es un medicamento para todos. Es un plan para cada uno".
¿Cuáles son los medicamentos para dormir más peligrosos para los adultos mayores?
Los más peligrosos son las benzodiazepinas como el triazolam (Halcion), flurazepam (Dalmane) y lorazepam (Ativan), y los Z-drugs como el zolpidem (Ambien). Estos medicamentos aumentan el riesgo de caídas, confusión, pérdida de memoria y demencia. La Sociedad Americana de Geriatría los clasifica como inapropiados como primera opción en adultos mayores de 65 años.
¿La melatonina es segura para los mayores?
Sí, la melatonina en dosis bajas (2 a 5 mg) es una de las opciones más seguras. No causa dependencia ni efectos residuales fuertes. Funciona mejor si tu problema es que te cuesta empezar a dormir, especialmente si tienes un reloj biológico desajustado. No es un hipnótico potente, pero es una buena opción para empezar.
¿Qué es la CBT-I y cómo funciona?
CBT-I significa Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio. Es un programa estructurado de 6 a 8 sesiones que te enseña a cambiar los pensamientos y comportamientos que te impiden dormir. Incluye restringir el tiempo en la cama, asociar la cama solo con dormir, y desafiar pensamientos como "No voy a poder dormir nunca". Es más efectiva que los medicamentos a largo plazo y sus efectos duran años.
¿Puedo dejar de tomar mi pastilla para dormir sin riesgos?
No debes dejarla de golpe. Si has tomado medicamentos para dormir durante semanas o meses, dejarlos de forma abrupta puede causar insomnio de rebote, ansiedad o incluso convulsiones. El proceso seguro se llama deprescripción: reducir la dosis lentamente, en semanas o meses, bajo supervisión médica. Esto permite que tu cuerpo se adapte sin sufrir efectos adversos.
¿Por qué mi médico sigue recetándome Ambien si es peligroso?
Muchos médicos no están al día con las últimas guías o sienten presión por dar una solución rápida. Además, la CBT-I no siempre está disponible o es costosa. El zolpidem es barato y fácil de recetar. Pero eso no lo hace seguro. Si tu médico no menciona alternativas, pídele que te explique por qué recomienda ese medicamento y si ha considerado la CBT-I o opciones como la doxepina de baja dosis.