Tratamiento de la hipertensión: guía práctica y sin complicaciones

¿Sabes que la presión alta es una de las causas principales de problemas cardíacos? No sirve de nada solo saberlo; lo importante es actuar. Aquí te explico, de forma sencilla, qué puedes hacer para bajar esos números y mantener tu corazón en forma.

Cambios de estilo de vida que marcan la diferencia

Lo primero es revisar tus hábitos. Reducir la sal a menos de 5 g al día, apostar por la dieta DASH (frutas, verduras, cereales integrales y lácteos bajos en grasa) y cortar los alimentos ultraprocesados ayuda mucho. Unas cuantas caminatas de 30 minutos, cinco veces a la semana, bajan la presión sin necesidad de pastillas.

Si tienes sobrepeso, perder entre 5 y 10 % de tu peso puede reducir la presión en varios puntos. No te obsesiones con dietas extremas; se trata de comer menos azúcar, evitar refrescos y limitar el alcohol a una copa al día para mujeres y dos para hombres.

El tabaco es otro enemigo. Cada cigarrillo eleva la presión y daña los vasos. Dejarlo, aunque sea parcialmente, mejora la circulación y facilita que los medicamentos actúen mejor.

Medicamentos habituales y cómo tomarlos

Cuando el estilo de vida no basta, el médico recetará fármacos. Los más comunes son los diuréticos, que hacen que elimines exceso de agua y sal; los inhibidores de la ECA y los bloqueadores de los receptores de angiotensina (ARA), que relajan los vasos; los betabloqueantes, que reducen la fuerza del latido; y los bloqueadores de canales de calcio, que también dilatan los vasos.

Es crucial tomarlos siempre a la misma hora y nunca saltarse una dosis. Si sientes mareos o fatiga, avisa al profesional antes de cambiar la toma. Algunos pueden causar tos (los inhibidores de la ECA) o piernas hinchadas (bloqueadores de calcio); conocer los efectos secundarios ayuda a decidir si cambiar de medicamento.

Combinar varias clases de fármacos es frecuente cuando la presión está muy alta. La clave es mantener la constancia y hacer chequeos regulares para ajustar la dosis según tus resultados.

En resumen, controlar la hipertensión no es solo cuestión de pastillas; una dieta equilibrada, ejercicio constante, control de peso y evitar alcohol y tabaco son pilares fundamentales. Si sigues estos pasos y colaboras con tu médico, bajarás la presión y reducirás el riesgo de complicaciones a largo plazo. ¡Empieza hoy mismo y siente la diferencia!