Tratamiento hepatitis C: lo que necesitas saber hoy
Si te han diagnosticado hepatitis C, lo primero que te viene a la cabeza es la preocupación. Pero la buena noticia es que, en 2025, la mayoría de los pacientes pueden lograr una cura completa con los tratamientos disponibles. No importa la edad ni el estadio de la enfermedad, los antivirales de acción directa (AAD) han cambiado las reglas del juego.
¿Qué es la hepatitis C y por qué hay que tratarla?
La hepatitis C es una infección viral que ataca el hígado. Si se deja sin tratamiento, puede evolucionar a cirrosis o cáncer hepático. Por eso, iniciar la terapia cuanto antes reduce el riesgo de complicaciones graves. Además, curarte significa que ya no podrás transmitir el virus a otras personas.
Opciones de tratamiento en 2025
Los AAD son pastillas que se toman una vez al día y que actúan directamente sobre el virus. Los regímenes más usados son:
- Sofosbuvir/Velpatasvir (Sovaldi + Epclusa): cubre todos los genotipos, 12 semanas de tratamiento, alta tasa de curación (>95%).
- Glecaprevir/Pibrentasvir (Mavyret): ideal para pacientes con enfermedad hepática avanzada, 8 semanas en la mayoría de los casos.
- Elbasvir/Grazoprevir (Zepatier): recomendado para genotipo 1 y 4, suele durar 12 semanas.
La elección del esquema depende del genotipo del virus, el estado del hígado y si tienes otras enfermedades o tomas medicamentos que puedan interferir. Tu médico hará un análisis de sangre y una ecografía para decidir cuál es la mejor opción para ti.
Los efectos secundarios son poco frecuentes y, cuando aparecen, suelen ser leves: cansancio, dolor de cabeza o náuseas. Si notas algo fuera de lo normal, avísale a tu especialista; en la mayoría de los casos, ajustar la dosis o cambiar el fármaco resuelve el problema.
Cómo iniciar tu terapia y qué esperar
Antes de empezar, la clínica te pedirá una carga viral (cuántas copias del virus hay en sangre) y una evaluación del hígado. Con esos datos, se prescribe el AAD adecuado y se agenda una cita de seguimiento a las 4 y 12 semanas.
Durante el tratamiento, es clave no interrumpir la toma de la pastilla y mantener una alimentación equilibrada. Evita el alcohol, ya que puede dañar el hígado y reducir la eficacia del medicamento.
Al terminar el ciclo, se hace una prueba de PCR para confirmar que el virus ha desaparecido. Si el resultado es negativo, se considera curado y ya no necesitarás más medicamentos relacionados con la hepatitis C.
En resumen, el tratamiento hepatitis C hoy es rápido, seguro y con una tasa de éxito que supera el 95 %. Consulta a tu profesional de salud, hazte los análisis necesarios y empieza el camino hacia una vida libre de virus. No esperes más: la cura está al alcance de tu mano.
Categorías