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Hongos en los pies: cómo afectan a la calidad del sueño y qué hacer

Hongos en los pies: cómo afectan a la calidad del sueño y qué hacer

¿Quién iba a pensar que un picor entre los dedos del pie podría cambiar tu sueño más que una película de terror de madrugada? El pie de atleta, ese enemigo pequeño pero insistente, no solo da guerra de día: puede fastidiar la noche hasta al que duerme como un tronco. Estamos hablando de algo más serio de lo que muchos creen. No es solo ese escozor molesto. Es cómo afecta a tu cabeza, tu humor y tus días. Porque dormir mal no solo te deja de mal café por la mañana: también baja tus defensas, te vuelve irritable, y casi te hace odiar las sandalias.

¿Por qué el pie de atleta interrumpe el sueño?

Parece absurdo que unos hongos puedan afectar a algo tan vital como tu descanso, pero tiene todo el sentido. Lo primero, el picor. No es un picor cualquiera, es de esos que aumentan justo cuando apagas la luz y buscas acomodarte. La razón: al quedarte quieto y descansar, tu cuerpo centra la atención en esas molestias, así que el picor parece dispararse. Además, el calor de las sábanas puede empeorar los síntomas. Y cuidado, que el picor no es solo incomodidad. Rascarse de noche puede llegar a hacerte daño, incluso abrir heridas, lo que complica aún más el tema.

No es solo picor. El pie de atleta también suele provocar quemazón y dolor, sobre todo si se complica y aparecen grietas entre los dedos o ampollas. Todo esto no solo molesta, sino que genera microdespertares: te mueves, te inquietas y te cuesta recuperar el sueño profundo. Hay gente que ni se acuerda de haberse despertado, pero sufre lo que llaman "sueño fragmentado", que al día siguiente se traduce en cansancio y mal humor. Y si eres de los que comparten cama, el sonido de rascarse bajo las sábanas tampoco es que ayude a la armonía de pareja.

Un dato poco conocido: en 2022, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid publicó un estudio indicando que el 38% de quienes conviven con el pie de atleta durante más de 10 días consecutivos tienen peor calidad de sueño, medida con el Índice de Sueño de Pittsburgh. La razón es doble: molestias físicas y, sorpresa, el estrés psicológico que implica tratar una infección crónica. Si te da vergüenza, evitas ciertas actividades o temes contagiar a otros en casa, tu estrés sube, tu descanso baja.

¿Y qué pasa con el olor? Sí, ese olor ácido o fuerte muchas veces acompaña al pie de atleta por la proliferación de bacterias junto a los hongos. No es raro que te cueste relajarte si sientes que la habitación huele raro. El olfato también juega su parte en la higiene del sueño.

Un factor que suele pasar desapercibido es la hiperhidrosis, o sudoración excesiva de los pies. Muchas personas con pie de atleta la tienen. Mantener los pies húmedos no solo empeora la infección, sino que te obliga a levantarte por la noche a cambiarte de calcetines o secar los pies. Todo esto interrumpe los ciclos naturales del sueño profundo y ligero.

La consecuencia de todo este lío es una combinación peligrosa: picores, dolor, incomodidad psicológica, olor y sudor. Suficiente guerra como para que dormir bien suene a ciencia ficción.

CausaPorcentaje de personas afectadasImpacto en el sueño
Picores nocturnos82%Mayor dificultad para conciliar el sueño
Dolor y quemazón39%Sueño interrumpido
Sudoración excesiva25%Despertares para cambiar calcetines
Olor17%Problemas para relajarse
Estrés psicológico23%Sueño más ligero y menos reparador
Consecuencias reales de dormir mal por hongos en los pies

Consecuencias reales de dormir mal por hongos en los pies

La mayoría piensa en el pie de atleta solo como una molestia dermatológica y poco más. Y aquí viene el golpe: no solo hace picar, sino que roba horas valiosas de buen sueño. ¿Qué pasa entonces en tu cuerpo cuando duermes mal noche tras noche? Para empezar, tus defensas se bajan al mínimo. El sueño actúa como taller de reparaciones: mientras duermes, tu sistema inmunológico refuerza murallas y limpia el desorden. Si el sueño se corta cada dos por tres, el pie de atleta puede cronificarse y abrirte las puertas a otras infecciones.

No hablemos de la memoria. Tardas más en pensar, te olvidas de tus llaves o te cuesta seguir una conversación. Todo por culpa de ese hongo cabezón entre tus dedos. Un estudio de la Universidad de Sevilla en 2023 encontró que personas con infecciones residuales como el pie de atleta tienen tres veces más probabilidad de reportar "niebla mental" si su descanso es deficiente.

Y esto va más allá: aumenta la ansiedad. No parece gran cosa, pero el agobio de sentir tus pies infectados cada noche, sumado a la falta de sueño, impacta en el ánimo. Muchos pacientes aseguran sentirse más “bajos” emocionalmente, y algunos incluso han desarrollado insomnio secundario por el propio miedo a dormir mal.

En el lado práctico, lo notarás en tu energía. Tu rendimiento, tanto mental como físico, baja en picado. Si eres deportista, tu recuperación tras entrenar se ralentiza y eres más propenso a lesionarte. Si trabajas de pie o usas calzado cerrado todo el día, el sudor y la fricción empeoran la infección y perpetúan el círculo vicioso.

No se queda ahí: también se secan y agrietan las relaciones sociales. Vamos, nadie quiere quitarse los zapatos en casa de un amigo y dejar un pestazo. Esto puede afectar tu autoestima y tu deseo de participar en actividades sociales. Incluso la vida íntima puede resentirse si la pareja se muestra reticente por miedo al contagio. ¿Resultado? Más estrés, menos descanso: el círculo perfecto para que el pie de atleta sea el rey de tu vida nocturna.

Si todo esto te suena a exageración, echa un ojo al dato de la Sociedad Española del Sueño: quienes tienen trastornos fúngicos en los pies duermen, de media, 45 minutos menos por noche que quienes tienen los pies sanos. Y lo más fuerte es que la mitad no se dan cuenta del origen del problema.

Por cierto, los medicamentos antifúngicos tópicos que compras en la farmacia pueden picar aún más los primeros días, molestando todavía más el sueño. Los antihistamínicos ayudan algo, pero dan sueño por el día, así que tampoco es solución milagrosa. Si además eres propenso a infecciones secundarias por rascarte, la cosa se complica.

Así que la respuesta corta es: sí, el pie de atleta puede convertir tus noches en una pesadilla real, llenando tus días de efectos secundarios tan serios como el propio hongo.

¿Cómo combatir el pie de atleta y dormir de nuevo como un lirón?

¿Cómo combatir el pie de atleta y dormir de nuevo como un lirón?

La buena noticia es que puedes hacer mucho para domar el pie de atleta y mejorar tu sueño con cambios sencillos en casa. Lo mejor es una combinación de higiene, buenos hábitos para el sueño y tratamiento médico, ni más ni menos.

  • Usa zapatos y calcetines de tejidos transpirables. Nada de zapatillas de plástico o calcetines sintéticos. Cambia los calcetines dos o tres veces al día si sudas mucho.
  • Lava y seca bien los pies, insistiendo entre los dedos, usando una toalla propia. Nunca compartas toalla o calzado, el hongo es amante de lo ajeno.
  • Aplica cremas antifúngicas (las hay en la farmacia sin receta). No pares el tratamiento aunque desaparezca el picor a los pocos días. Sigue hasta una semana después de ver el pie limpio.
  • Haz baños de pies con agua tibia y sal o vinagre para aliviar el picor antes de dormir. Pero no uses agua caliente porque favorece los hongos.
  • Desinfecta las sandalias y zapatos con sprays antifúngicos. Y si puedes, deja los zapatos al sol de vez en cuando: el sol mata los hongos.
  • Si el picor no te deja, pregunta en la farmacia por cremas con corticoides leves solo durante unos días.
  • Para dormir, usa sábanas de algodón lavadas con frecuencia. Coloca una toalla bajo los pies para aislar el sudor por la noche y cámbiala a diario.
  • Si el olor te incomoda, utiliza polvos desodorantes para pies y ventila tu habitación antes de acostarte.
  • Aunque dé pereza, mejor ve descalzo en casa: el pie respira, sudas menos y los hongos lo tienen más difícil.
  • Si la infección es rebelde o no mejora en diez días, toca ir al médico. Hay pastillas antifúngicas para casos graves o crónicos, y te pueden asesorar mejor que Google.

¿Qué pasa mientras el hongo se cura? Hay trucos para dormir mejor en las peores noches. Usa un antifúngico frío de nevera, que calma el picor. Practica ejercicios de relajación para dormir, tipo respiración abdominal o meditación guiada. Si tienes que rascarte, hazlo suavemente con la yema de los dedos y no con la uña para evitar heridas. Y si el dolor te tiene loco, un ibuprofeno ayuda a pasar la noche hasta que la crema empiece a funcionar.

No olvides esto: la clave está en no dejar que el hongo gane la partida psicológica. Mantén hábitos saludables, come bien, ventila tu calzado y cumple el tratamiento. De media, el pie de atleta bien tratado se resuelve en 10-14 días. No desesperes: cada noche sin picor es más cercana.

Así que sí, el pie de atleta fastidia el sueño, pero no está condenado a hacerlo para siempre. Un poco de disciplina, higiene, y cuidado, y podrás volver a dormirte antes de contar cien ovejas. Y lo agradecerás tú, y los que alguna vez han sentido el misterioso ruido de pies rascándose bajo las sábanas en plena madrugada.

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