Si estás tomando exemestano para el cáncer de mama hormonosensible, es posible que hayas notado cambios en tu estado de ánimo que no esperabas. No es solo cansancio físico. Es como si una nube gris se hubiera instalado en tu cabeza, sin avisar. Te sientes más irritable, sin ganas de hablar, o te despiertas con una ansiedad que no tiene causa clara. Muchas mujeres lo experimentan, pero pocos lo mencionan. Y eso hace que te sientas sola, como si estuvieras fallando en algo que deberías superar con fuerza de voluntad. Pero no es tu culpa. El exemestano no solo reduce los niveles de estrógeno; también altera la química del cerebro que regula el humor.
¿Por qué el exemestano afecta tu mente?
El exemestano es un inhibidor de la aromatasa. Su trabajo es bloquear la producción de estrógeno en tejidos fuera de los ovarios, especialmente en mujeres postmenopáusicas. Pero el estrógeno no solo controla la reproducción. También influye en la serotonina, la dopamina y el GABA - neurotransmisores clave para el equilibrio emocional. Cuando esos niveles caen, el cerebro no tiene los mismos recursos para manejar el estrés, la tristeza o el miedo. No es una reacción psicológica a tener cáncer. Es una reacción química directa del medicamento.
Un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology en 2023 siguió a más de 1.200 mujeres en tratamiento con inhibidores de aromatasa. El 42% reportó síntomas de ansiedad moderada a severa, y el 38% cumplía criterios de depresión leve a moderada. Estos números no son raros. Son la regla, no la excepción. Y muchas veces, los médicos los ignoran porque el foco está en los marcadores tumorales o los efectos óseos. Pero tu bienestar mental no es un detalle secundario. Es parte esencial del tratamiento.
Síntomas que no debes ignorar
No todas las emociones negativas son solo "malos días". Aquí hay señales claras de que lo que estás sintiendo va más allá del estrés normal:
- Te cuesta levantarte por la mañana, incluso cuando no tienes dolor físico
- Ya no disfrutas de cosas que antes te hacían feliz: ver una serie, salir a caminar, llamar a un amigo
- Te sientes culpable por estar triste, como si no tuvieras derecho a sentirlo
- Tienes pensamientos recurrentes de que "todo es inútil" o "no vale la pena seguir"
- Te despiertas a las 3 a.m. con el corazón acelerado, sin razón aparente
Si alguno de estos síntomas dura más de dos semanas, no lo minimices. No es debilidad. Es tu cuerpo enviando una señal de alarma. El exemestano puede empeorar la depresión en personas con antecedentes de trastornos del estado de ánimo, pero también puede desencadenarla por primera vez. No necesitas haber tenido ansiedad antes para que esto te pase ahora.
Qué puedes hacer - y qué no
Lo primero que muchas mujeres hacen es intentar "superarlo" con ejercicio, meditación o positivismo. Y sí, esos son buenos complementos. Pero si el problema es químico, no basta con pensar más positivamente. Necesitas herramientas reales.
No dejes de tomar el exemestano sin hablar con tu oncólogo. Aunque el efecto secundario sea difícil, interrumpir el tratamiento aumenta el riesgo de recurrencia del cáncer. Pero sí pide una evaluación de salud mental. No es un signo de fracaso. Es un paso inteligente.
Algunas opciones que funcionan para muchas mujeres:
- Antidepresivos selectivos de recaptación de serotonina (ISRS): Medicamentos como sertralina o escitalopram pueden ayudar sin interferir con el exemestano. Algunos, como la paroxetina, sí interfieren, así que el médico debe elegir con cuidado.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Una terapia de 8 a 12 sesiones puede enseñarte a identificar pensamientos distorsionados y reemplazarlos. No es "hablar de tus sentimientos". Es aprender estrategias prácticas para romper el ciclo de ansiedad.
- Suplementos con evidencia: La vitamina D baja se asocia con peor estado de ánimo en mujeres en tratamiento. Un nivel de 30-50 ng/mL es ideal. También, el omega-3 (EPA/DHA) en dosis de 1.000-2.000 mg/día ha mostrado beneficios en estudios de depresión relacionada con hormonas.
- Actividad física moderada: Caminar 30 minutos al día, 5 días a la semana, reduce la ansiedad tanto como algunos medicamentos en mujeres postmenopáusicas. No necesitas correr maratones. Solo moverte.
Lo que no funciona (y por qué)
Hay muchas soluciones que suenan bien, pero no tienen respaldo científico, o incluso pueden ser peligrosas:
- Herbalismos como la hierba de San Juan: Interfiere con el metabolismo del exemestano y puede reducir su eficacia. Evítala.
- Alcohol como "relajante": Aunque te calma temporalmente, empeora la depresión a largo plazo y afecta el hígado, que ya está procesando el medicamento.
- Dieta "detox" o ayunos extremos: Tu cuerpo necesita nutrientes para reparar tejidos y regular hormonas. No lo debilites más.
- Esperar a que "pase solo": La depresión no se resuelve por sí sola cuando es inducida por medicamentos. Sin intervención, puede volverse crónica.
Cómo hablar con tu médico sin sentirte culpable
Es difícil decirle a tu oncólogo: "Estoy deprimida, y creo que es por el exemestano". Tienes miedo de que piense que no estás luchando lo suficiente. O que te diga: "Muchas pacientes lo pasan así, aguanta un poco más".
Prepara lo que vas a decir. No digas: "Me siento mal". Di: "He notado cambios en mi estado de ánimo desde que empecé con exemestano. Tengo ansiedad constante, pierdo interés en cosas que antes me gustaban, y me cuesta dormir. He leído que esto puede ser un efecto secundario. ¿Podemos revisar si hay opciones para manejarlo sin dejar el tratamiento?".
Si tu médico se niega a tomarlo en serio, pide una derivación a un psicooncólogo. No es un lujo. Es parte del cuidado integral. En España, muchos hospitales públicos tienen servicios de psicooncología gratuitos. Solo hay que pedirlo.
Apoyo real: no estás sola
En Alicante, hay grupos de apoyo para mujeres en tratamiento con inhibidores de aromatasa. No son charlas de motivación. Son espacios donde puedes decir: "Hoy lloré porque no pude levantar la bolsa de la compra" - y nadie te juzga. Te entienden. Porque ellos también lo han vivido.
Si no puedes ir en persona, hay comunidades online moderadas por psicólogas especializadas en cáncer de mama. Busca "Mujeres con exemestano España" en Facebook. Hay más de 3.000 mujeres activas. No necesitas hablar. A veces, solo leer lo que otra persona escribió te hace sentir menos sola.
El tiempo no lo cura todo - pero la acción sí
No hay una solución mágica. Pero hay una verdad clara: no tienes que sufrir en silencio. El exemestano es un medicamento vital, pero no es un precio que debas pagar con tu paz mental. Hay caminos para manejar los efectos psicológicos sin sacrificar tu salud física.
Empieza pequeño. Hoy, llama a alguien. Mañana, camina 15 minutos. La semana que viene, pide una cita con tu médico para hablar de tu estado de ánimo. No tienes que resolverlo todo de una vez. Solo tienes que empezar.
Tu salud mental no es un lujo. Es parte del tratamiento. Y tú mereces sentirte bien, no solo sobrevivir.
¿Puede el exemestano causar depresión por primera vez en alguien que nunca la tuvo?
Sí. Aunque no tengas antecedentes de depresión o ansiedad, el exemestano puede desencadenar estos síntomas al reducir drásticamente los niveles de estrógeno, que regulan neurotransmisores como la serotonina. Estudios muestran que hasta un 38% de las mujeres en tratamiento desarrollan depresión leve a moderada, incluso sin historial previo.
¿Qué antidepresivos son seguros para tomar con exemestano?
La sertralina y el escitalopram son opciones seguras, ya que no interfieren con el metabolismo del exemestano. Evita la paroxetina y la fluoxetina, ya que inhiben la enzima CYP2D6, necesaria para activar ciertos tratamientos contra el cáncer de mama. Siempre consulta con tu oncólogo o farmacéutico antes de empezar cualquier antidepresivo.
¿Debo dejar el exemestano si me siento muy mal?
No. Dejar el exemestano sin supervisión médica aumenta el riesgo de recurrencia del cáncer. En su lugar, habla con tu oncólogo sobre alternativas: cambiar de medicamento (por ejemplo, a letrozol o anastrozol), añadir terapia psicológica o medicación para el estado de ánimo. El objetivo es manejar los efectos secundarios sin comprometer la eficacia del tratamiento.
¿La vitamina D ayuda con la ansiedad causada por exemestano?
Sí. La deficiencia de vitamina D se asocia con mayor riesgo de depresión y ansiedad en mujeres postmenopáusicas. Estudios muestran que corregir niveles bajos (por debajo de 20 ng/mL) puede mejorar el estado de ánimo en hasta un 40% en mujeres en tratamiento hormonal. Se recomienda un nivel entre 30 y 50 ng/mL, y en muchos casos se necesita suplementación diaria de 1.000-2.000 UI.
¿Es normal sentirme culpable por no estar "más fuerte"?
Sí, es muy común. La sociedad espera que las mujeres con cáncer sean valientes y positivas todo el tiempo. Pero la depresión y la ansiedad no son falta de fuerza. Son respuestas biológicas a un cambio químico intenso en tu cuerpo. Pedir ayuda no es debilidad. Es el acto más valiente que puedes hacer por tu salud a largo plazo.
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