 
                                    La capecitabina es un fármaco ampliamente usado en el tratamiento de cánceres como el de mama, colorrectal y gástrico. Aunque es eficaz para detener el crecimiento de células cancerosas, muchos pacientes no saben que puede afectar directamente el corazón y los vasos sanguíneos. Esto no es un efecto secundario raro: hasta el 15% de quienes la toman experimentan problemas cardiovasculares, algunos de ellos graves. Si estás en tratamiento con capecitabina, entender estos riesgos puede marcar la diferencia entre una complicación evitable y una emergencia médica.
¿Cómo funciona la capecitabina en el cuerpo?
La capecitabina es un medicamento oral que el cuerpo convierte en 5-fluorouracilo (5-FU), una sustancia que interfiere con la síntesis del ADN en las células cancerosas. Especialmente útil porque se activa principalmente en los tejidos tumorales, lo que reduce el daño a células sanas. Pero el corazón también tiene células que se dividen con frecuencia -como las del endotelio vascular- y ahí es donde el 5-FU puede causar daño. No es un efecto directo como el de la doxorrubicina, pero sí sutil, progresivo y a menudo ignorado hasta que es demasiado tarde.
Los principales problemas cardíacos asociados a la capecitabina
Los efectos cardiovasculares más comunes incluyen:
- Angina de pecho: Dolor o presión en el pecho, especialmente durante el esfuerzo. En algunos casos, ocurre sin causa aparente, incluso en personas sin antecedentes de enfermedad cardíaca.
- Infarto de miocardio: Aunque es menos frecuente, se han reportado casos de infartos en pacientes jóvenes sin factores de riesgo tradicionales como hipertensión o colesterol alto.
- Arritmias: Palpitaciones, latidos irregulares o acelerados. La fibrilación auricular es la más común.
- Insuficiencia cardíaca: Dificultad para respirar, hinchazón en las piernas o fatiga extrema que no mejora con descanso.
- Espasmo coronario: Contracción repentina de las arterias del corazón, que puede causar dolor intenso sin obstrucción física. Este es un efecto único de la capecitabina y otros análogos del 5-FU.
Lo más preocupante es que estos síntomas pueden aparecer incluso después de varias semanas de tratamiento, cuando el paciente ya se siente mejor por la reducción del tumor. Muchos médicos los atribuyen al estrés o a la edad, cuando en realidad podrían ser señales de toxicidad.
¿Quiénes tienen mayor riesgo?
No todos los pacientes reaccionan igual. Algunos factores aumentan la probabilidad de daño cardíaco:
- Edad avanzada (más de 65 años)
- Historia previa de enfermedad arterial coronaria, infarto o angina
- Hipertensión no controlada
- Diabetes tipo 2
- Obesidad o sobrepeso
- Uso simultáneo de otros fármacos cardiotoxicos, como trastuzumab o anthracyclinas
- Función renal reducida: la capecitabina se elimina por los riñones; si no funcionan bien, el medicamento se acumula y aumenta el riesgo
Un estudio publicado en Journal of Clinical Oncology en 2023 encontró que pacientes con hipertensión y más de 70 años tenían un 3,5 veces más riesgo de sufrir un evento cardiovascular grave durante el tratamiento con capecitabina que aquellos sin factores de riesgo.
 
¿Cómo se detecta el daño cardiovascular temprano?
La clave está en la vigilancia activa. No basta con preguntar si te duele el pecho. Los médicos deben hacer evaluaciones básicas antes y durante el tratamiento:
- Electrocardiograma (ECG): Antes de empezar y cada 2-4 semanas durante el tratamiento. Cambios como ondas T invertidas o desplazamiento del segmento ST pueden ser señales tempranas.
- Analítica de sangre: Niveles de troponina (una proteína que se libera cuando el músculo cardíaco se daña) y BNP (marcador de insuficiencia cardíaca). Un aumento leve ya es una alerta.
- Eco de corazón: No siempre es necesario al inicio, pero si hay síntomas o alteraciones en el ECG, se debe hacer sin demora.
- Presión arterial y frecuencia cardíaca: Control semanal. Un aumento súbito de la presión puede ser una señal de espasmo coronario.
En hospitales con programas de cardio-oncología, como el Hospital Clínic de Barcelona o el Hospital Universitario de Alicante, ya se incluyen estas pruebas como parte del protocolo estándar para pacientes que reciben capecitabina. No todos los centros lo hacen. Si tu oncólogo no lo propone, pregúntalo.
¿Qué hacer si aparecen síntomas?
Si sientes alguno de estos síntomas, no los ignores:
- Dolor en el pecho, incluso leve, que dura más de 5 minutos
- Dificultad para respirar al acostarte o al caminar poco
- Palpitaciones que no pasan con el descanso
- Hinchazón inesperada en tobillos o abdomen
- Fatiga extrema que no mejora con el sueño
En esos casos, debes contactar inmediatamente con tu oncólogo o acudir a urgencias. No esperes hasta la próxima cita. La capecitabina puede suspenderse temporalmente, y en muchos casos, el corazón se recupera si se actúa pronto. Un estudio de 2024 mostró que el 80% de los pacientes que suspendieron el medicamento al detectar niveles altos de troponina no tuvieron secuelas cardíacas a los 6 meses.
Alternativas y estrategias para reducir el riesgo
Si tienes alto riesgo cardiovascular, tu equipo médico podría considerar:
- Alternativas orales: Como el tegafur-uracilo (UFT), que tiene menor incidencia de efectos cardíacos, aunque es menos eficaz en algunos cánceres.
- Regímenes de dosificación ajustada: En lugar de tomar 1.250 mg/m² dos veces al día, algunos centros usan 1.000 mg/m² o ciclos más largos con descansos.
- Suplementos protectores: La coenzima Q10 y el magnesio han mostrado en pequeños estudios reducir la frecuencia de arritmias, aunque no reemplazan el control médico.
- Control estricto de factores de riesgo: Bajar la presión, controlar el azúcar en sangre, dejar de fumar y hacer ejercicio suave (como caminar 30 minutos al día) reduce el riesgo hasta en un 40%.
Lo más importante: no dejes de tomar la capecitabina sin consultar. El cáncer avanza rápido, y suspenderlo sin supervisión puede ser más peligroso que los efectos secundarios. Lo que se busca es equilibrar eficacia y seguridad.
 
¿Qué pasa después del tratamiento?
El daño cardiovascular no siempre desaparece cuando terminas la quimioterapia. Algunos pacientes desarrollan cardiomiopatía o arritmias crónicas meses después. Por eso, se recomienda:
- Una evaluación cardiológica completa 3 meses después de finalizar el tratamiento
- Controles anuales de función cardíaca durante al menos 5 años
- Evitar otros fármacos que puedan dañar el corazón, como algunos antiinflamatorios o ciertos antidepresivos
Un paciente de 68 años en Alicante, tratado por cáncer colorrectal con capecitabina en 2023, desarrolló una arritmia 4 meses después de terminar su ciclo. Al hacerle un eco, descubrieron una disminución leve de la fracción de eyección. Gracias al seguimiento, recibió tratamiento con betabloqueantes y hoy, un año después, su corazón funciona normalmente. Su caso no es único: cada vez más oncólogos y cardiólogos trabajan juntos para evitar estos desenlaces.
Frequently Asked Questions
¿La capecitabina causa siempre daño cardíaco?
No. La mayoría de los pacientes (más del 85%) no experimentan problemas cardíacos graves. Pero el riesgo existe y puede ser grave si no se detecta a tiempo. No es inevitable, pero sí prevenible con monitoreo adecuado.
¿Puedo tomar aspirina mientras hago quimioterapia con capecitabina?
No sin consultar a tu oncólogo. La aspirina puede aumentar el riesgo de sangrado, especialmente si ya tienes problemas en las plaquetas por la quimioterapia. Aunque en algunos casos se usa para proteger el corazón, no es una decisión que debas tomar por tu cuenta.
¿Es más peligrosa la capecitabina que otros fármacos como la docetaxel?
La docetaxel tiene otros riesgos, como neuropatía o caída del cabello, pero menos efectos directos sobre el corazón. La capecitabina es más peligrosa para el sistema cardiovascular que muchos otros quimioterápicos orales, pero menos que la doxorrubicina. Cada fármaco tiene su perfil de riesgo. Lo importante es elegir el que mejor se adapte a tu salud general, no solo al tipo de cáncer.
¿Debo hacerme una angiografía si tengo dolor en el pecho?
No siempre. Primero se hacen pruebas no invasivas como el ECG, la troponina y el eco. La angiografía es invasiva y se reserva para casos donde hay sospecha fuerte de obstrucción arterial. En muchos casos, el dolor es por espasmo coronario, no por tapones. En esos casos, los medicamentos como los nitratos son más útiles que una angioplastia.
¿Puedo hacer ejercicio mientras tomo capecitabina?
Sí, y es recomendable. Caminar, nadar suavemente o hacer yoga mejoran la circulación, reducen el estrés y ayudan a controlar la presión arterial. Pero evita esfuerzos intensos, especialmente si tienes fatiga o mareos. Escucha a tu cuerpo: si te cuesta respirar o sientes dolor en el pecho, detente y consulta.
Próximos pasos si estás en tratamiento
Si estás tomando capecitabina, haz esto ahora:
- Revisa tu historial cardíaco: ¿tienes hipertensión, diabetes o has tenido un infarto?
- Pide un ECG y análisis de troponina antes de tu próxima dosis.
- Controla tu presión arterial en casa dos veces por semana y anota los valores.
- Consulta si tu hospital tiene un servicio de cardio-oncología.
- Prepara una lista de síntomas de alerta y entrégasela a tu familia o cuidador.
La capecitabina salva vidas. Pero como cualquier medicamento potente, requiere respeto. No es un tratamiento que se tome con la misma indiferencia que un analgésico. Tu corazón está trabajando por ti, incluso mientras luchas contra el cáncer. Protegerlo no es un lujo: es parte esencial de tu curación.
 
                             
                             
                             
                            